Me llamo Lucy Barton - Elizabeth Strout

Sinopsis:

En una habitación de hospital en pleno centro de Manhattan, delante del iluminado edificio Chrysler, cuyo perfil se recorta al otro lado de la ventana, dos mujeres hablan sin descanso durante cinco días y cinco noches. Hace muchos años que no se ven, pero el flujo de su conversación parece capaz de detener el tiempo y silenciar el ruido ensordecedor de todo lo que no se dice. En esa habitación de hospital, durante cinco días y cinco noches, las dos mujeres son en realidad algo muy antiguo, peligroso e intenso: una madre y una hija que recuerdan lo mucho que se aman.

Valoración personal:

"Así debe de ser como nos manejamos la mayoría de nosotros en el mundo, medio a sabiendas, medio sin saber, asaltados por recuerdos que pueden no ser ciertos."

Hoy, día del Pilar, y celebrando el cada año más dudoso descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, os traigo una de las reseñas más difíciles para mí. Le tengo mucho cariño a Lucy Barton, y reseñarla en este blog es un dilema personal. Antes de nada, me gustaría agradecer enormemente a la editorial, Duomo Ediciones, no solo por proporcionarme un ejemplar de esta magnífica obra, si no por el buen trato recibido y la confianza depositada. Es un honor, para mí, poder expresaros hoy mi opinión.

La protagonista de esta novela, Lucy Barton, es ingresada en el hospital por una complicación cuando la estaban operando de apendicitis. Casada con un marido "muy ocupado" y con dos hijas pequeñas, la única compañía y consuelo que recibe en su estancia en el hospital es de su madre, a la que no ve desde que se independizó. Hablan de cosas triviales, que aparentemente no les afectan a ninguna de las dos, y suele destacar en sus conversaciones lo mal que le van en los matrimonios de sus conocidas. Pero, ¿y del suyo propio? Con un padre traumado por su estancia en la guerra y una "madre objeto", además de un hermano que está perdiendo el rumbo y una hermana con la que no conecta, Lucy nos cuenta su precaria infancia, su desarrollo como persona y como escritora, y el profundo amor que siente por sus hijas.

"Hay ciertos elementos que determinan el camino que tomamos, y raramente podemos encontrarlos o señalarlos con precisión."

Hablemos de la parte técnica. Elizabeth utiliza un vocabulario simple, llano, sencillo, casi infantil, pero sin acercarse siquiera a lo vulgar. El problema de este peculiar estilo es que casi obliga a la continua presencia de repeticiones; por ejemplo: "... y me metieron un tubo pequeño en un brazo y un tubo pequeño en la garganta." No obstante, también nos hace sentir más cercanos al personaje principal, Lucy, y nos da la impresión de que está muy necesitada de cariño. Enternece, y nos hace estar más presentes en esta extraña relación madre-hija. También nos encontramos numerosos saltos temporales (al pasado) donde narra su infancia y la de las personas conocidas para ella.

En cuanto a la relación principal que se manifiesta, la materno-filial, simplemente decir que es muy rara: son opuestas, pero se necesitan. Estoy bastante de acuerdo con las opiniones de otros compañeros bloggeros que he leído sobre esta novela, cuando dicen que entra en lo más hondo de ti. Y es que es cierto: nunca había leído nada igual, no puedo compararla con nada que yo recuerde haber leído.

"Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta."

He de decir, ya casi para finalizar, que, personalmente, no me ha terminado de convencer el personaje de la madre. No me ha caído nada bien, ni he empatizado, ni me parecen perdonables los motivos que le han llevado a no querer saber nada de su hija, simplemente porque, y cito textualmente, dice "mira la vida que llevas ahora. Tú seguiste adelante y... lo hiciste." ¿Es un motivo que tu hija haya decidido no resignarse a una vida que tú consideras buena pero que ella no, y se haya labrado su propio futuro? Igual lo he entendido mal, pero me parece indignante.

Simplemente me queda por decir que, leches, os la leáis. Merece totalmente la pena. Se lee prácticamente solo.

"He conocido a muchas personas que aseguran que no se puede oír mi corazón al romperse."

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