Book Tour Semana de Mierda: charlando con Hanna

¡Buenos días, lectorcillos!

El otro día me desperté con una noticia que me dejó la mandíbula colgando. La editorial Escarlata anunciaba una inesperada segunda parte del libro Mierda en mis tacones, de Lorena Pacheco. Será bajo el título de Mierda en mis zapatillas y narrará la vuelta de Hanna, la hermana de Burke, a su pueblo natal. Os dejo la sinopsis.

La oveja negra ha vuelto a casa, y sus zapatillas aún tienen mucha mierda que pisar.

Cuatro años atrás, Hanna se fugó con un hombre mayor. Ahora regresa con el orgullo herido y la intención de retomar las riendas de su vida. No será fácil. El rechazo de su hermano, la actitud prejuiciosa de los lugareños, y sus propias inseguridades, le harán la vida imposible, incluso cuando un nuevo amor llame a su puerta.

Dependerá de ella ganarse el perdón que añora y lograr reconectar con su pasado. Por suerte, cuenta con la ayuda de Raquel, la novia de Burke, y la mejor terapeuta del pueblo: la vaca Matilda.

Mierda en mis tacones (clic en el título para ver mi reseña) fue un libro que, en su momento y todavía hoy, me fascina. Porque me reí a más no poder. Así que, cuando supe que iba a sacar nueva parte aunque independiente, no dudé ni un momento en volver unos días al pueblo alemán (Gewächshäuser) en el que, por no haber, no hay ni agua caliente, y paseé por sus rincones de belleza rural. En eso estaba yo que, de repente, me crucé con la chica de la que todo el mundo habla en el pueblo: Hanna.

Resulta que, hace unos años, se fugó con """"el amor de su vida"""", un señor mucho mayor que él y con el que no pintaba nada, para vivir aventuras y a comer perdices, convirtiéndose en la comidilla de todo Gewächshäuser. Ahora que la tenía al lado no podía perder la oportunidad de saber más de su historia.

Antes de leerme el libro, quiero decir. Os paso mi conversación con ella, lectorcillos.

- ¡Hola, Hanna! ¡Cuánto tiempo sin verte por el pueblo! ¿Qué te trae por aquí?

- No me ha quedado otro remedio que volver porque mi novio (ahora ex) me la ha jugado.

- ¿Cómo que te la ha jugado? ¡Pero si parecíais el uno para el otro!

- Las cosas cambian.

- Pues Burke hablaba mucho de ti.

- Supongo que no demasiado bien. Me pitaban los oídos desde París.

- Ay, no sé, hija. En esas rencillas familiares yo no me meto. Pero vamos, que sí. Que estaba bastante mosqueado.

- Ya, bueno. No era el único. A todos nos mosquean cosas.

- Hombre, Hanna, te fuiste con un señor bastante mayor que tú. ¿Por qué lo hiciste?

- Básicamente porque quise, la verdad. ¿Nunca te has dejado llevar por tus sentimientos? Hay cosas que no se pueden controlar.

- Hija, hay que ser consecuente. Pero bueno, yo no juzgo, aunque te lo mereces. ¿Y qué has hecho el tiempo que has estado fuera?

- Me importa más bien poco lo que creas que me merezco. Jajaja me juzgas y me preguntas por mi vida. Te voy a mandar a tomar viento. 

- Uy, mujer, tampoco te pongas así, solo era una apreciación.

- Pues aunque no sea de tu incumbencia... He estado en París, estudiando Bellas Artes.

- Eso no tiene ni salida ni na'. ¿Bellas Artes para qué?

- Pues porque es lo que me apasiona. Me encanta pintar. Expresarme a través de los colores... Me hace sentir libre.

- Aaaah, ¿eres pintora?

- Bueno no exactamente. Ojalá. Tuve que dejarlo.

- Igual puedes ayudar a Burke y a los gemelos en la obra. Creo que eso de pintar no se les da muy bien, y eso que son los obreros más refinados del pueblo.

- No sé si a eso se le puede llamar arte exactamente... No soy buena con el rodillo. Además, mi hermano jamás querría mi ayuda.

- Pero la necesita, mujer. No te va a decir que no. Ya sabes que, en cosas de decoración, donde haya una mano femenina...

- No me va a decir ni que no ni que sí. Es posible que ni me dirija la palabra.

- Oye, ¿entones tienes novio?

- No, ni ganas.

- Pero alguien te tiene que gustar por aquí. Si no, ni hubieras asomado el hocico.

- He venido por otros motivos... Básicamente, no tenía a dónde ir. Y no me gusta nadie. Los hombres solo me dan quebraderos de cabeza.

- Hay muchos buenos mozos por aquí desde que te fuiste.

- Bueno, no tantos...

- La nueva novia de tu hermano hizo muy buen trabajo y ha montado un hotel de lujo precioso. Así que ahora vienen turistas... Un momento, ¿no tantos? Así que admites que algunos sí...

- Ya, pero ahora las reservas están paradas. A ver si acaban la reforma y esto empieza a llenarse de gente interesante. Aunque espero no quedarme tanto tiempo. Pero vamos, que me dan igual los tíos, son invisibles para mí.

- ¡Ahora que has vuelto no puedes irte, chiquilla! Te hemos echado de menos por aquí. ¿Entonces no quieres tener niños? 

- Mmmmm... Creo que esta conversación se acaba aquí.  Lo que habéis echado de menos es poder criticarme.

- Yo no critico a nadie, si a mí la vida de los demás me da igual.

- Tan igual no te dará cuando me estás interrogando.

- Qué maleducada eres, ¿no? Solo intento ser amable.

- ¿Maleducada yo? Esto es increíble. Créeme que yo también intento ser amable. O ya te habría mandado a darte una vuelta con las cabras.

- Oye, ¿cómo va tu padre?

- Bueno... Ahí va. Tirando. Con sus cosas, ya debes saber mejor que yo.

- ¿Tirando a dónde?

- Me estás vacilando, ¿no?

- En absoluto. Con estas cosas de la salud no se juegan. Es que como últimamente no lo veo por la calle...

- Joder, al final va a ser que tenéis sentido del humoraquí, ya no me acordaba. Bueno, mi padre no ha tenido días demasiado buenos. Está en casa, con mi madre.

- Oye, no quisiera ofender, pero visto que te llevas mal con tu hermano... La herencia va a ser chunga, ¿no?

- No querías ofender pero lo has hecho. ¿Por qué coño tenéis que ser tan cotillas aquí? Dios. Nadie está pensando en herencias, por el amor de Dios. Mi padre está vivo.

- Pues deberíais ir pensándolo ya, que luego hay líos con abogados y eso. 

- Ahora mismo solo puedo pensar en una cosa, y es en largarme de aquí. Entiendo que verme de nuevo os dé curiosidad, pero esto ya es pasarse, ¿no?

- Niña, si no querías hablar no te hubieses parado. 

- ¡Si me has parado tú!

- Bueno, guapa, me gustaría hablar contigo más pero en un rato vienen los gemelos a hacerme un apaño en el baño. ¡Nos vemos!

- Venga, que vaya bien.

No me esperaba en absoluto que esta niña fuera tan borde, pero a ver... Volví a la casa que tengo de alquiler en el pueblo para cuando me paso por la historia a darme un paseo. Efectivamente, los gemelos estaban esperándome. La cisterna se me había vuelto a romper.

Ellos son Axel y Kai, dos buenorros, definidos en pocas palabras. En el primer libro salían, pero no eran grandes personajes... Aunque algo me dice que eso va a cambiar... Lo primero que hice nada más verlos fue comentarles que Hanna había vuelto. Axel se mostró interesado, y Kai, como siempre, escurridizo. Apuesto lo que quieras a que en Mierda en mis zapatillas van a dar caña a nuestra Hanna.

En fin, como por lo visto en esta charla no he conseguido sacarle gran cosa a la chiquilla, tendré que esperar al próximo 23 de marzo, que sale a la venta el libro.

Y, hasta entonces, podrás encontrar en los siguientes blogs las numerosas entradas que forman el Book Tour, en la Semana de Mierda. Hablando del libro, de la autora,... ¡Muchas cosas! Os animo a visitarlos.

 

En mi tiempo...

Pájaras lectoras

Mi tarde junto a un libro 

Novelas que apasionan

Los libros de Marta Martiti

Isa Tomma Creations

El rinconcito de Minny  

Espero sinceramente que le déis una oportunidad a esta escritora, a este libro y al anterior. Puedo prometer y prometo que no os arrepentiréis.

¡Besos obesos!